Equidad de género, un gran tema de actualidad

ENTREVISTA AL DR. JUAN PEDRO LACLETTE, IIB-UNAM.

Por:LOURDES A. BAÑUELOS.

Desde posiciones académico-administrativas de gran responsabilidad o desde su laboratorio, este destacado investigador complementa su trabajo de altísimo nivel con acciones efectivas a favor de la equidad de género; su participación en el programa Mujeres en la Ciencia de IANAS demuestra que su compromiso social va mucho más allá del quehacer científico.

«Yo creo que los grandes temas que enfrenta la humanidad en este momento son: el cambio climático, la conservación del medio ambiente y la equidad social, incluyendo la de género”, afirma categórico el doctor Juan Pedro Laclette. “Aunque uno esperaría que el ámbito científico fuera especialmente favorable a la igualdad de género, no es así en todas las disciplinas; de cualquier forma considero que es un contexto propicio para trabajar este tema, por ello participé activamente en IANAS, en donde se originó el programa Women for Science (Mujeres en la Ciencia)”, explica el ex director del Instituto de Investigaciones Biomédicas de 1999 a 2007.

IANAS es la Red Interamericana de Academias de Ciencias que agrupa las academias de todo el continente americano, y está afiliada al Panel Interacadémico (IAP) —la organización de academias de ciencias de todo el mundo—. “Fue precisamente ahí donde surgió una iniciativa de revisar la situación de género en el trabajo científico; porque hay manifestaciones e indicadores clarísimos de que en este ámbito también persiste la desigualdad de género”, señala Laclette, quien copresidió esta red de 2007 a 2013.

“IANAS promueve un perfil de academias de ciencias verdaderamente comprometidas con la sociedad en sus respectivos países. Su funcionamiento se basa en la operación de cinco programas que son: Educación de la Ciencia (en el caso de la Academia Mexicana de Ciencias, corresponde al programa de La Ciencia en tu Escuela); Agua; Energía; Mujeres en la Ciencia, y Construcción de Capacidades. Cada programa tiene un liderazgo de dos presidentes y afilia redes de académicos de cada país. Esta red es muy interesante porque promueve el trabajo colaborativo entre las academias de ciencias del continente americano”, afirma.

El programa de Mujeres en la Ciencia actualmente está dirigido por Anneke Levelt-Sengers (eua ) y Lilliam Álvarez (Cuba). Sus dos principales objetivos son: generar las estadísticas sobre las mujeres en el trabajo científico en las academias afiliadas, y generar los lineamientos y políticas de acción para mejorar las condiciones de las investigadoras en América.

“Las actividades del programa han sido financiadas sobre todo por el IAP y por las academias pertenecientes a IANAS. Con ello se busca mejorar el estado de las investigadoras científicas en América; asesorar e informar sobre los temas de género relacionados con el trabajo científico; crear una red de académicos en cada una de las academias con individuos dispuestos a contribuir; difundir el tema en el portal electrónico de ianas o a través de publicaciones y otros medios de comunicación electrónica y virtual, así como organizar encuentros y talleres de en los países afiliados. Mujeres en la Ciencia opera de forma horizontal en todo IANAS, de tal modo que se asignan enlaces de este programa en todos los demás”.

IANAS ha instituido también un premio económico para permitir a una estudiante femenina excepcional a nivel doctorado que pueda realizar una estancia en un instituto de investigación de otro país afiliado a IANAS.

“En nuestros días —continúa— es imprescindible la equidad de género no sólo porque las mujeres constituyen la mitad de la población, sino también porque la mente femenina aporta un visión de la realidad distinta a la masculina. De tal manera que, para afrontar los graves problemas que plantea el futuro de nuestros países y de la humanidad, más vale que reunamos todos los recursos; la mente femenina complementa y adiciona nuevas capacidades a los recursos de los que dispondríamos, si sólo consideráramos la mente masculina. Para mi gusto, son válidos ambos argumentos: hay un asunto de justicia social, pero también hay un asunto de conveniencia. Por ejemplo, en el caso del medio ambiente enfrentamos el reto formidable del cambio climático global, no hemos cuidado el ambiente de una manera adecuada. Ojalá que la incorporación de un pensamiento un poco más femenino se refleje en un mayor cuidado de los recursos ambientales”, asegura el ex presidente de la AMC.

El origen de Mujeres en la Ciencia
“El programa Mujeres en la Ciencia se inició en una reunión organizada en la AMC en 2008; en la primera etapa Judith Zubieta fue copresidente del programa, como representante de Rosaura Ruiz —en ese momento presidente de la AMC— junto con Anneke Levelt-Sengers. Y en una segunda etapa, Anneke fue acompañada por Lilliam Álvarez (Cuba). Hoy en día trabajan Adriana de la Cruz (secretaria ejecutiva de IANAS) y los copresidentes actuales Juan Asenjo (Chile) y Michael Clegg (EUA), quienes siguen convocando, con relativa frecuencia, a diversas actividades a las que asisto como parte de un consejo asesor”, comenta Laclette.

“Mi participación en la tercera reunión de la Cumbre de Género de Norteamérica fue especialmente agradable. Acepté con gusto la invitación del Conacyt porque estoy convencido de que el trabajo en favor de la equidad de género es trascendental. Fui a Washington y me encontré con la sorpresa de que era el único delegado mexicano hombre, lo cual me lleva a otro punto: la igualdad de género no es un tema exclusivo de mujeres, atañe a toda la sociedad. Así que me dio mucho gusto ser el delegado masculino. A propósito, la delegación mexicana cumplió un papel mucho más que digno en esa tercera Cumbre de Género”, asegura el investigador.

La equidad de género en el trabajo cotidiano
“Para mí lo importante siempre ha sido actuar; en mi época como presidente de la AMC establecimos el programa de Becas L’Oreal para mujeres científicas y aumentamos la edad para optar por los premios de la academia en el caso de candidatos mujeres. También veo que los programas de género en la UNAM son muy fuertes, cada vez actúan con más eficacia, y en el Conacyt se ha avanzado mucho hacia la equidad de género para el trabajo científico. Nuestra academia de ciencias ya eligió como presidente a dos mujeres, lo cual no es trivial. Pocas academias de ciencias en el mundo lo han hecho. En el tema de la equidad social, incluyendo la de género, existen dos visiones. Una de ellas hace notar lo que hemos avanzado en las últimas décadas. La otra se enfoca en lo que nos queda por hacer para lograr la equidad. Yo prefiero la segunda visión; creo que deberíamos tener mayores aspiraciones a plazos más cortos y redoblar las acciones y políticas que promuevan la igualdad de género”, concluye Laclette.