Tampico es…

Por: Juan José González Mejía*

Tampico es jauría de calor en un verano artero en El Chairel. Es la ciudad niña que aún te cuenta fábulas de marineros que se emborrachan con sirenas de mares remotos.


Tampico es la sonrisa líquida – perpetua, prístina- del río Pánuco. Es la madrugada estrellada en la frente marchita de abuelos paseando por el Centro Histórico. Es brisa de agua, música de huapango y olor a carne asada.


Tampico es una palabra que te alucina y te llama a dar lo mejor de ti. Es el puerto que alguna vez tuvo beisbol y trajo al gran Héctor Espino a jugar en el coloso de la Isleta Pérez.


Tampico es la Ítaca que te deja ir pero sin soltarte. Es la luz al final del túnel de tus recuerdos.
Tampico es Francisco Maytorena relevando desde el primer juego contra los Cafeteros de Córdoba en el triunfo de los Alijadores en el campeonato de 1975.


Tampico es la delantera letal de Rolando y Pérsico con la Jaiba Brava en los sesenta.
Tampico es un horizonte de barcos, una charla de amigos y una torta de la barda.
Tampico es El Cascajal de Pepito El terrestre y Genaro Salinas. Es memoria, piel de nutria, alma de son huasteco.
Tampico es la casa de todos. Es la avenida Hidalgo y su «aquí se está mejor que enfrente.»


Tampico es la poesía de Gloria Gómez Guzmán y la pasión de los murales de Jorge Yapur. Es un diálogo entre Sanuel M Lozano y José Sierra Flores.
Tampico es la ciudad que amo y extraño. Es la patria de sol, letra y canto. Es la caricia para el cansado, es el reposo del guerrero. Tampico es una madre universal que abre su regazo al viajero.


Tampico es historia y perpetuación de un pasado que vive en sus mercados, en el rostro de sus viejos.
Tampico es Madero y Altamira.
Tampico es Leonor Mejía, mi madre, diciéndome al partir: «No vuelvas si te duele el puerto.»


Tampico, eres mi dolor, mi sino, mi añoranza.
Eres la ciudad que siempre recuerdo, a la que no puedo olvidar.
Eres mi casa, mi origen, mi fábula, mi espanto, mi princesa.
Eres mi comunión, mi ruina, mi éxtasis, mi ansia.
Eres la calle Monterrey, en la colonia Campbell, eres la primaria Felipe de la Garza, la secundaria Francisco Nicodemo.


Tampico, eres y serás mi amada, mi amadísima ciudad…

*Colaboración