“Me da pena ser de derecha”

Héctor M. Magaña

 

“¿Haría alguna diferencia que Jorge Castañeda reconociera que participa en la guerra sucia contra Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador?” Páez Varela inicia su columna con una pregunta cuya respuesta es el contenido de la misma. Y aunque la columna inicia haciendo una referencia a Jorge Castañeda, la realidad es que la pregunta va más allá: tiene que ver con la realidad de la derecha mexicana. Una derecha que reniega de sí misma. Parece que el lema es en realidad: “Soy cualquier cosa, menos de derecha” o “me da pena ser de derecha”.

 

Un fenómeno característico de la política mexicana es precisamente ese: el negar lo que en realidad se es. Muy lejos de Donald Trump o Jair Bolsonaro (e incluso Milei), la derecha mexicana se avergüenza de sus propias posturas, de su necesidad del privilegio y de los apoyos a empresarios. A diferencia de Trump quien no teme decir lo primero que se la pasa por la cabeza, o Bolsonaro, quien no se mordió la lengua al momento en que se declaró un nostálgico de la dictadura y Milei que mostró su repudio al “marxismo” y al “feminismo”. En una frase: a la derecha mexicana le avergüenza decir: “Vivan los privilegios”.

 

Páez Varela se pregunta: “¿Por qué les da tanta vergüenza aceptarse como son? Digo, porque engañan a un puñado, ni el esfuerzo lo vale. ¿Por qué les da pena reconocer que desde hacer décadas trabajan para la derecha y la derecha los considera una parte sustancial de ella?” Yo también me lo pregunto. Francamente tengo curiosidad por ver una verdadera derecha mexicana, pero, el panorama muestra que la gestación está lejos de llegar.