Lecciones de comunismo para empresarios

Héctor M. Magaña

Hoy (9 de agosto de 2023), en la columna de Fabrizio Mejía Madrid, se abordó un tema que está en boca de todos: los libros (marxistas) de texto.  La historia es bien conocida: después del virus de COVI-19 llegó el “virus comunista”. Un virus “que se creía erradicado”. Los primeros en estudiar los libros de texto gratuitos fueron estudiados a fondo por los periodistas y presentadores de TV Azteca y detectaron en terminología comunista: “La palabra plenaria es total, es decir totalitaria, de un solo bloque, de un Gobierno único”, dijo el periodista y estudioso de libros de texto gratuitos.

La historia no es nueva, tiene sus raíces desde la aparición de la revolución industrial. Los empresarios estadounidenses se negaban a que los niños estudiasen porque no existiría la mano de obra en mina y fábricas; más tarde aparecieron los argumentos deístas e “ideológicos”. Después, durante la Segunda Guerra Mundial el “Nacional-Socialismo” (el partido nazi), con su palabra “socialismo”, estaba igual de contaminada por el virus comunista. Las granjas colectivas de Stalin que llevaron a la hambruna a miles de personas, el famoso “holodomor”, se manifiestan en los libros de texto gratuitos con temas como “¿Cómo hacer un huerto comunitario?” El muro de Berlín y el muro de Donald Trump eran para dos tipos de virus distintos: el virus comunista de Alemania Oriental y el virus de la desigualdad económica y racial de los países latinoamericanos. Así, en resumidas cuentas se mueve la historia del virus comunista.

No hay que complicarse: el comunismo según el empresario quiere, o pretende, romper el viejo equilibrio que se basa en la siguiente máxima: “El rico merece ser rico por su esfuerzo y el pobre es pobre porque es holgazán.” Así, los eventos nacionales que parecen abordar los libros de historia como el Movimiento Zapatista se parecen a la toma del Ejército Rojo de la Plaza Roja, el nacimiento del partido llamado Movimiento de Regeneración Nacional es muy similar al nacimiento del Partido Comunista, la gente con camisas de Morena o partidarios de “ideologías perversas” son muy similares a las tropas de Mao, y así se llega a anagramas secretos: AMLO se convierte en L´Mao, (solo falta Tze-Dung).

Fabrizio Mejía Madrid nos dice: “El neoliberalismo está fundado sobre tres ideas que confunden dos términos distintos: uno, intervención del Gobierno confundida con planeación de la economía al estilo soviético; dos, libertad corporativa con libertad personal; y enredar la desigualdad social con las diferencias entre las personas. Así de estúpidas son estas confusiones, pero le funcionan al Atlas Network y a Fuerza Informativa Azteca.”

El empresario (o más bien Salinas Pliego) mantiene una vieja tradición que viene desde Milton Friedman, Margaret Thatcher y Ronald Regan: lo que el sector empresarial crea, el gobierno lo destruye, lo infecta con el virus comunista. Hoy son los libros de texto gratuito, mañana ¿qué podrá ser?