La importancia de las relaciones sexuales en la salud

Por Abigail Bello Gallardo*

 

Es un hecho científicamente comprobado que tener relaciones sexuales beneficia la relación de pareja, no sólo porque durante los juegos sexuales previos al acto se aumenta la secreción de la hormona oxitocina que influye en la formación de sentimientos profundos que unen a la pareja, sino porque beneficia la salud física y mental de quienes las practican.

 

Entre sus beneficios se encuentran una piel más tersa y cabello brillante en la mujer y mejora su circulación en general al producir más estrógenos y esto le reduce el riesgo de sufrir un infarto.

 

También se cuenta entre sus beneficios para ambos sexos, que fortalece y tonifica los músculos del cuerpo y nos ayuda a controlar o bajar de peso. Otros beneficios de las relaciones sexuales son que funcionan como antidepresivo, tranquilizante, analgésico y antihistamínico natural. Reduce las dermatitis y las imperfecciones de la piel al limpiarse los poros a través de la transpiración. El besar frecuentemente favorece el intercambio de saliva y nos ayuda a ejercitar los músculos de la cara y a evitar la formación de caries y de placa dental. A través del sexo se liberan hormonas llamadas endorfinas que producen una sensación de bienestar y durante el orgasmo se libera una hormona llamada prolactina que actúa como desestresante natural. También a través del orgasmo se libera una hormona llamada serotonina que produce una sensación de felicidad completa.

 

Hay muchas razones por las que las personas dejan de tener relaciones sexuales. Algunas de ellas son: El estrés, la depresión, el cansancio físico, el aburrimiento, las discusiones, el resentimiento, el maltrato físico o psicológico, las enfermedades como la dificultad para tener un orgasmo en la mujer o la falta de erección en el hombre, la eyaculación precoz, la menopausia o la andropausia, bajos niveles de testosterona, el hipotiroidismo, la diabetes mellitus, infecciones o inflamaciones en los órganos internos o externos del aparato reproductor, el alcoholismo y demás adicciones crónicas, la falta de ejercicio físico moderado, etcétera.

 

También la utilización de medicamentos puede reducir o eliminar el deseo sexual, por ejemplo, algunos de los que se utilizan para controlar la presión alta, la depresión, la ansiedad, el colesterol alto, la prostatitis, entre otros.

 

Es importante encontrar cuáles son los problemas de fondo de la falta de deseo sexual ya sean orgánicos, psicológicos o emocionales, si es un medicamento que lo está provocando o si es una situación pasajera; consultando a su médico de confianza y a un psicólogo o psicoterapeuta calificado.

 

¿Qué hacer para provocar el deseo sexual si la falta es debida al aburrimiento? Ya sea que el aburrimiento esté presente en un integrante de la pareja o en ambos (debido a que tener relaciones sexuales el mismo día, a la misma hora, de la misma manera, etcétera, produce desinterés en realizar el acto sexual), es necesario evitar la rutina y hacer cosas diferentes que a ambos agraden.

 

Todas las mujeres son distintas y requieren de diferentes estímulos para sentirse dispuestas a las relaciones sexuales. También es necesario que, de vez en vez, la mujer tome la iniciativa y le diga o insinúe al hombre que lo desea, porque esto igualmente le estimula. De la misma manera que en el caso de las mujeres, los estímulos varían entre un hombre y otro.

 

Hay que probar y ver a qué estímulos reacciona mejor nuestra pareja y recordar que los besos, las caricias, las miradas, la gentileza, el humorismo y el buen trato, no deben darse sólo previos a la relación sexual sino que deben ser un buen hábito para que el deseo sexual se mantenga presente.

 

Me permito hacer un apartado especial para tocar brevemente el tema del orgasmo masculino y femenino debido que entre más sea satisfactoria una relación sexual, habrá mayores posibilidades de que el deseo sexual o libido continúe.

 

El orgasmo femenino es un hecho peculiar porque se da de diferente manera en cada mujer. Sin embargo, se acepta que, durante el período de mayor excitación y sensación de placer, hay contracciones en la vulva, en la vagina y en el útero (que el hombre puede sentir), al igual que una lubricación o humedad más abundante al lograrlo. Además, la mujer puede lograr uno o varios orgasmos durante la misma relación sexual, dependiendo de la estimulación.

 

El orgasmo masculino es la sensación de placer en la que el hombre llega al clímax de excitación sexual producida por el estímulo sexual que normalmente finaliza con la eyaculación o salida del semen. Es muy recomendable preguntarle a nuestra pareja cuáles son sus fantasías sexuales y que, sin miedo o vergüenza de ninguno de los dos, digan qué es lo que les gustaría hacer y se debe realizar un esfuerzo por llevarlas a cabo.