La docencia, una tarea compleja en tiempos de crisis

Por Anita Rodríguez Flores

Una de las principales razones por la que muchos docentes elegimos la tarea de ser educadores es precisamente por la interacción con los alumnos, he escuchado amigos, compañeras, compañeros y docentes en general cuando dicen me encantan los niños pequeños y decidí ser docente de preescolar; mientras que otros  optaron por  inclinarse  hacia grados superiores en primaria , secundaria o bachillerato  pero las principales razones incidieron en: mantener ese contacto con los alumnos y establecer con ellos no sólo un sistema de enseñanza si no también diferentes formas de comunicación y de relación.

La educación ha exigido constantemente grandes desafíos en los docentes tales como: enseñanza  y dominio de contenidos, elaboración de materiales didácticos, preparación de una clase estructurada, contar con habilidades para potenciar la reflexión y el pensamiento crítico de los niños, flexibilizar las formas de organizar el grupo, así como adecuar espacios de trabajo y hacer uso de diversas formas de evaluación entre otras actividades.

Sin embargo, lo anterior solo se refiere a una parte del ejercicio docente, lo demás se traslada a las interacciones que ocurren en el aula., aquellos contenidos que se pensaron serían fáciles de alcanzar y finalmente no todos alcanzaron la comprensión de los mismos, el establecer acuerdos para asegurarse de que comprendieron el sentido de las actividades, o en algunas cosas llevar paso a paso aun estudiante determinado para desarrollar un sin fin de habilidades y destrezas.

La educación en línea a llevado consigo misma toda una serie de argumentos tanto a favor como en contra, y si bien los docentes cumplen con la tarea de enseñar desde su trinchera y de acuerdo con su preparación y desempeño, siempre se han caracterizado por su innovación y creatividad dentro y fuera del aula, por la preocupación de movilizar ideas, mejorar formas de vida y promover una educación basada en la equidad. 

Es importante resaltar que el sistema de enseñanza ha vivido cambios trascendentales en los últimos días y que muchos educadores han invertido amplias jornadas en dominar e incluso acceder a la tecnología para poder transmitir cualquier conocimiento a  los alumnos (aquellos que tienen acceso a condiciones básicas de internet y computadoras) pero en otros casos los alumnos han perdido la interacción entre pares y principalmente con el docente, ése que en muchas de las ocasiones se convierte en la principal figura de acercamiento para los estudiantes.

Las formas de comunicación dentro del aula siempre han privilegiado la escrita, oral pero también la gestual y corporal éstas últimas necesarias para la adquisición de diferentes aprendizajes y que forman parte de la enseñanza.

Quizás muchos recordamos con mayor cariño o agrado a aquellos docentes que mientras daban la clase nos llenaban de anécdotas, comentarios de aliento, y en algunas ocasiones contacto visual para brindar confianza o una palmada en el hombro como muestra de cariño, gratitud y empatía.

Cada docente tiene una formación y una personalidad que los distingue para impartir alguna materia e incluso para pertenecer a un nivel educativo y con ello se involucra con los estudiantes de diversas edades, pero todos y cada uno de quienes se encuentran del lado de los aprendices, extrañan los momentos compartidos en las clases, el intercambio de ideas, los trabajos en equipo, los compañeros de clase y hasta los edificios escolares.  Con éstos puntos y aunque grandes educadores lo han manifestado es necesario replantearse y preguntarse el sentido que otorgamos  a la enseñanza, al diseño de las clases, las formas de evaluación, la inversión en la actualización del magisterio, el intercambio de experiencias con los colegas; pero principalmente se necesita saber y conocer que extrañan los alumnos de sus docentes.

Lo anterior, debe movilizar nuestras creencias docentes, valorar los esfuerzos y las características de los alumnos que formamos, fortalecer el trabajo en colectivo, aprender nuevas formas de enseñanza, así como; gestionar diferentes recursos pedagógicos y metodológicos pero principalmente, debe generar una educación cada día más humana y equitativa. Las plataformas virtuales siempre deberán llevar el acompañamiento pedagógico, el sentido de que la figura docente no puede ser reemplazada  al tiempo que se promueva la convivencia escolar como una forma de reaprender en el contexto actual.