Pablo Boullosa, conductor de Canal 22 llama a boicotear la elección judicial
El conductor de Canal 22 se sumó a la campaña de Salinas Pliego para boicotear las elecciones judiciales del próximo domingo

Pablo Boullosa, conductor del programa cultural La Dichosa Palabra en Canal 22, ha generado una fuerte controversia al llamar públicamente a boicotear la próxima elección para la renovación del Poder Judicial. Lo que ha encendido las alarmas no es únicamente su postura, sino el hecho de que se trata de un personaje que recibe una remuneración directa del erario público a través de un contrato con la Secretaría de Cultura, institución encargada de administrar esta televisora estatal.
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Su doble militancia mediática, como colaborador también en los medios privados de Ricardo Salinas Pliego, ha provocado señalamientos sobre posibles conflictos éticos y uso político de plataformas financiadas por los contribuyentes.
Conductor de Canal 22 llama a boicotear la elección judicial
Boullosa, hermano de la reconocida escritora Carmen Boullosa, tiene más de dos décadas al frente de La Dichosa Palabra, un programa de divulgación cultural transmitido por Canal 22, canal público que opera bajo la administración de la Secretaría de Cultura. De acuerdo con documentación oficial, el conductor recibe un pago de 462 mil 280 pesos por servicios profesionales que incluyen análisis de contenidos, conducción y coordinación editorial del mencionado espacio televisivo.
Sin embargo, su labor en medios no se limita a la televisión pública. Boullosa es también colaborador habitual en Televisión Azteca y ADN 40, dos medios propiedad del empresario Ricardo Salinas Pliego, quien ha encabezado una campaña activa de rechazo a la elección judicial convocada para el próximo domingo. En estas plataformas privadas, el conductor ha hecho eco del llamado a la abstención y al boicot, posicionándose como uno de los voceros visibles de esta narrativa.
Este doble rol ha generado inquietud: ¿puede un comunicador financiado por recursos públicos hacer activismo político desde medios privados con intereses específicos, sin que esto afecte la legitimidad del canal público donde también labora?
Pablo Boullosa y su llamado a no votar en la elección judicial
Boullosa ha defendido su postura apelando a la legalidad de invitar a no votar, asegurando que sus opiniones son personales y no representan al canal público. No obstante, su figura pública se ve amplificada precisamente por su posición privilegiada dentro de una televisora estatal, lo que, para muchos, le otorga un peso e influencia particular entre la audiencia. Su llamado al boicot ha sido calificado como un acto éticamente cuestionable y potencialmente perjudicial para la democracia, más aún al estar vinculado a una plataforma financiada por los impuestos de la ciudadanía.
A esta polémica se suma el hecho de que, durante los últimos años, el conductor ha sido uno de los críticos más duros contra los gobiernos emanados de la llamada Cuarta Transformación. Aunque la crítica legítima es fundamental en una democracia, el uso de un canal público como trampolín para amplificar discursos contrarios a procesos democráticos representa, según diversas voces, un desvío del mandato cultural, plural y educativo que debería regir a Canal 22.
Fuentes internas de Televisión Metropolitana, empresa responsable de Canal 22, han expresado su preocupación por la falta de supervisión editorial sobre el programa La Dichosa Palabra, el cual, sostienen, parece operar sin un control adecuado pese a que es financiado con dinero público.
(sinlinea).